La democracia participativa se parece muchísimo más al país que somos: diverso y pluriétnico.
El sector privado tiene que propender por la defensa de las instituciones que son el pilar de la democracia. Por la forma en que cada uno de los actores institucionales cumple su papel de equilibrio en la balanza para que la democracia siga avanzando.
Las compañías están liderando la confianza. Nos cae una responsabilidad enorme de ser fuentes de información real para discusiones como la democrática y de evitar la información falsa.
Somos plenamente conscientes de que las reformas llegan al congreso para ser dialogadas y consensuadas, no impuestas. Esos consensos son sinónimos de diálogo, de paz y de democracia.
Tiene que parar la polarización, la estigmatización y tiene que haber una escucha activa por parte del Gobierno. No puede ser que haya reformas sin escuchar la posición de los gremios.
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